Hoy la entrada va de cómo se puede limpiar la bisutería, cuando se nos pone negra.
Lo ideal es que nada más comprarla la pieza la protejamos con una capa de esmalte transparente, pero yo no siempre me acuerdo de hacerlo :(
Pues el otro día, limpiando todas las piezas de plata que tengo con el truco del cuenco y la sal, que ya os lo contaré otro día, pensé que seguramente habría otro truco para limpiar la bisutería que no es ni de plata ni de oro, sino que es de chatarra, pero tan bonita que queremos conservarla, e indagando por Internet encontré uno que me ha funcionado.
Solo necesitamos un cepillo de dientes y pasta dentífrica:
Y la cuestión es frotar el accesorio muy bien. La primera vez que probé el invento fue con dos anillos que iba a tirar ya de lo negros que estaban y no me lo podía creer, me dio tanta alegría “recuperarlos” que me volví loca y empecé a sacar bisutería y a frotar como una loca.
Eso si, tengo que decir que este invento lo que hace es limpiar no recuperar el color, es decir: a un anillo dorado que está gastado no le devuelve su color, aunque si se queda impoluto y brillante.
Os dejo un ejemplo:
En la foto se puede ver como estaba de manchada.
Y aquí podemos apreciar como brilla...
Tengo que decir que he obtenido mejores resultados con piezas plateadas, pero no os he podido enseñar el antes y el después porque son las primeras que limpié.
También comentar que nos podemos arriesgar a que la pieza pierda el color original y salga el metal de debajo pero de todos modos si está negra no te la puedes poner, así pues…no perdemos nada.
Y esto es todo. ¿Conocíais este truco? Si no es así, espero que os haya servido de ayuda :).
¡Gracias por leerme!
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