Uno de los mayores problemas a la hora de cocinar, es el número de cacharros que utilizamos que luego tenemos que recoger y fregar. En esta época del año se toman muchas verduras que deben ser hervidas o escaldadas antes de comer o rehogar. Guisantes, habas, calabacín, brócoli...
La correcta cocción de las verduras es fundamental para no perder su textura ni su sabor y lo más importante, sus propiedades nutricionales. Por este motivo debemos procurar no hacerlas en exceso, si las consumimos crudas o mínimamente cocinadas al vapor, conseguiremos un aporte vitamínico mayor.
Hay mil formas de cocinarlas al vapor, pero la fórmula que a mi me resulta más cómoda, es poner un poquito de agua en la cacerola o sartén, la cantidad de agua que apenas cubra el fondo. Tapamos y dejamos que se hierva. Es entonces cuando ponemos el brócoli por ejemplo, y tapamos. Dejaremos que se haga durante un par de minutos a fuego fuerte y siempre tapado, de esta forma se cocinará como si fuera al vapor. El tiempo dependerá del tamaño de la verdura y de la potencia de vuestro fuego, pero os recomiendo que la dejéis más durita “al dente” que decimos, para que no pierda su textura y así también reducimos su cocción.
Es importante saber que no debéis ponerle sal, al hacerlo de esta manera, la verdura conserva todo su sabor y prácticamente no es necesario el uso de la sal, así que eso que nos ahorramos.Una vez cocinada la verdura, siempre podréis añadirle mas sal.
No dejéis de probar esta forma de cocer verduras al vapor, es súper rápido, fácil, sano y además te ahorras cacharros para fregar.
Gracias por leerme!
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